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viernes, 11 de noviembre de 2011

Texto Expositivo


EL TEXTO EXPOSITIVO
Para algunos autores, el concepto de texto expositivo es equivalente al de texto explicativo, pero otros no lo consideran así. En general, aceptaremos que los ‘textos expositivos’ son de carácter informativo ya que propician el acercamiento a hechos, datos y circunstancias. En este sentido, exponer significa informar. Por su parte, los ‘textos explicativos’ parten de una base expositiva (informativa), pero tienen la fina­lidad de demostrar algo.
Tanto en los textos expositivos como en los explicativos, predomina la función referencial del lenguaje. Ambos son textos de circulación científica y técnica. También se afirma que son una modalidad compleja, porque a través del lenguaje que utilizan se exponen o explican los procedimientos y elaboraciones del pensamiento para conocer un objeto, evento, circunstancia, entre otros.  En las instituciones educativas gozan de un uso bastante frecuente, especialmente en las áreas de ciencias naturales.

¿QUÉ SIGNIFICA EXPONER?

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, algunas acepciones de ‘exponer’, son:
1. Presentar una cosa para que sea vista, ponerla de manifiesto.
2. Hablar de algo para darlo a conocer. Me EXPUSO sus ideas sobre política.
3. Declarar, interpretar, explicar el sentido genuino de una palabra, texto o  doctrina que puede tener varios o es difícil de entender.

En consecuencia, exponer significa ‘explicar’, presentar información e ideas. Su función principal es ofrecer información coherente a quien escucha o lee, aunque con frecuencia se haga uso de recursos discursivos tales como la narración y la descripción.

CARACTERÍSTICAS DEL TEXTO EXPOSITIVO/EXPLICATIVO

Contamos con una diversa gama de formas expositivas, pero todas se construyen respetando dos características básicas:
a) Se realizan en torno a un tema central. Es posible exponer acerca de gran cantidad y variedad de contenidos, objetos o materias, desde temas circunstanciales (por su importancia o actualidad), temas generales referidos al deporte, a la política, a la historia, a la sociedad, al arte, a la religión, o a la farándula, hasta las diversas áreas del saber que requieren otros niveles de abstracción, tales como la física, la química, la biología, la sociología.

b) Se  pretende la ‘comprensión’ de los temas. El expositor presenta teorías, datos, predicciones, hechos, fechas, especificaciones, generalizaciones, limitaciones y conclu­siones. Pero, para asegurarse de que los receptores entiendan, se deberá establecer relaciones entre los datos, señalando causas, consecuencias, paralelos y demás conexiones que garanticen una presentación completa, clara y convincente. En muchos casos hace falta presentar teorías, predicciones, personajes, circunstancias, fechas, especificaciones, generalizaciones, limitaciones y conclusiones.

Para cumplir con su finalidad, un buen texto expositivo debe guiar al lector o al oyente; en tal sentido, debe valerse de claves o recursos verbales (aclaraciones por ejemplificación, por definiciones, por título y subtítulos), y de recursos no verbales (imágenes, esquemas, mapas conceptuales, gráficos).  Asimismo requiere de ayudas tipográficas como nomencladores, uso de mayúsculas, negrillas, cursivas. Además, exige adecuación, según los conocimientos y condiciones del receptor, relacionados con el registro lingüístico (científico y técnico por excelencia).

De este modo, pues, el texto expositivo está dirigido para que el lector o escucha incremente o modifique su estado de conocimiento. Cumple así con una función epistémica (relacionada con el acto de saber o conocer), a la vez que interviene en el pensamiento del público para la toma de decisiones o como respaldo (de tipo científico o técnico) para el plano argumentativo.

Las noticias, los tratados científicos, los informes, los libros escolares, los manuales de instrucción, las cartas comerciales, y todos aquellos textos cuya finalidad consiste en informar sobre conceptos, sobre hechos o sobre la manera como se realiza o se puede realizar un proceso o un evento, son de tipo informativo y/o expositivo. 

ASPECTOS GRAMATICALES DE LOS TEXTOS EXPOSITIVOS


Los textos expositivos deben ser claros, por lo que requieren el uso de oraciones breves, precisas, sencillas. Como la  función que predomina es la referencial, el mensaje debe ser veraz y demostrable, refiriéndose a temas que sean lógicamente reconocibles como reales por parte del público al que van dirigidos.

El vocabulario y el registro serán los específicos de cada área del saber, pero también dependerá del carácter divulgativo o especializado que se le adjudique. Es decir, la intención que se tenga y la audiencia a la cual se dirige el acto comunicativo determinarán si el vocabulario podrá incluir términos especializados o si el registro deberá adaptarse a un nivel más accesible. Un escrito para niños, por ejemplo, debe contener una buena dosis de definiciones, aclaraciones y descripciones.

En relación con los tiempos verbales, fundamentalmente se usa el presente por su carácter atemporal, es decir, que sitúa la acción en un momento indeterminado


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